review (césar ustarroz 10.2015)

Como Ciccio Ingrassia, como un niño, Mark Ostrowski desafía al vacío trepando al confín de su árbol genealógico

 

Sin miedo a lastimarse, Ostrowski se lanza a conocer un pasado que se ha cubierto de olvido deliberado. Esa excursión exige coraje, y qué mejor aliento que el que insufla la danza. Al son de una Alborada raveliana baila la hija del cineasta alrededor de un árbol que ahora crece dichoso en la campiña asturiana. Mark alza su voz esperando encontrar eco en puntos cardinales opuestos, buscando recuerdos teñidos de sepia y blanco y negro, persiguiendo fantasmas, correteando por el laberinto de un ayer que se atisba en latas de película que nadie reclamaba. 

 

“Home Movie” es una película doméstica que exuda honestidad al desnudar la intimidad de una familia. Esa es la sencilla esencia de este film que nos introduce en la vida privada de los Ostrowski, en el cine de los Lumière, en los diarios filmados de Jonas Mekas. “Home Movie” no nos promete falsas estrellas en un cielo de cartón piedra, tampoco escenas ensayadas, tan solo personas imperfectas capturadas en tomas únicas, irrepetibles, francas como la vida misma. 

 

En las imágenes encontradas en cintas de Super 8, Mark Ostrowski escudriña sus orígenes revolviendo lo lejano con la misma determinación de Alan Berliner, desde la distancia temporal y espacial. Se construye una nueva película desde las telarañas de la infancia, hilando pasajes borrosos como los que devuelve la memoria reconstruida. 

 

Hay una extraordinaria sensibilidad poética en la retórica con la que se engarzan los diferentes momentos cotidianos rodados a lo largo de los años, también en las alegorías de metraje encontrado con las que se afrentan dolorosas reminiscencias. Acierta Ostrowski en modular su voz para dar coherencia a un montaje sutil, sin pompas ni estruendos, un montaje que promueve un ritmo sosegado, uniforme, en sintonía con la sobriedad expresiva del film. La nostalgia se descubre en la felicidad fugaz, en la plasticidad de un paisaje registrado en película analógica. De ahí el empeño por homenajear al medio, por rendirse ante un soporte material que por sí solo refuerza nuestra empatía con el mundo orgánico. Pero no nos equivoquemos, la belleza de esas imágenes se vuelve estéril si a su movimiento no le acompañara el control del tiempo y el ritmo, de la pausa y el silencio; magnitudes físicas presentes en el sentido cinematográfico de Ostrowski, en esa aptitud que sobrevuela la misma cinefilia que empuja a trepar, a buscar, a soñar con conciliar el pasado con el presente y el futuro. 

 

“Home Movie” lleva implícito el sello de quien se halla desplazado. Todos somos extranjeros cuando conocemos tampoco de nuestras raíces, de nuestros ancestros. 

 

CÉSAR USTARROZ

Editor-in-Chief

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